Cuidados
El violín es un instrumento de singular resistencia, este
suele requerir de pocos cuidados especiales.
Cuando no se usa debe
estar guardado en un estuche lo más hermético y acolchado posible, con el
violín, el arco y las cuerdas limpias, y las crines del arco destensados. El
violín debe estar guardado en un lugar que no le caiga el sol y sin mucha
humedad. También, requiere una habitual limpieza con un paño seco, o con
productos especialmente diseñados para ello.
Las cuerdas suelen romperse por la tensión y la fricción; y
por este motivo es conveniente que el violinista tenga un juego de cuerdas de
repuesto. También suelen romperse los pelos de cola de caballo (crines) que
constituyen la cinta del arco, por este motivo los que ejecutan con bastante
frecuencia música con el violín se ven obligados a un recambio anual de las
crines. Sin embargo, que esto suceda es normal.
Si se ejecuta el violín sin la mentonera, conviene usar un
pañuelo en la parte del cuello y mentón en la cual se apoya el violín para
evitar que el instrumento se vea afectado por la transpiración.
En general ocurre que
un violín "viejo" que haya sido bien ejecutado, suena mejor que un
violín nuevo o con poco uso.
Una característica importante en el cuidado es que al
guardar el violín durante un período largo de tiempo, este no debe quedar
afinado, es decir, las cuerdas no deben quedar tensas. Con esto, la estructura
del violín no quedará sometida a una tensión innecesaria.
Dejen sus comentarios.